sábado, 22 de junio de 2013

Pequeños asuntos de la noche. (La noche que Lucí dejo a Pablo)

Esos pinches vatos, que vayan por esa cerveza.
Acorazados sobre la hielera nos postramos.
Siempre son fiestas desconocidas.
Ese aliento de cigarro que envuelve al perro de la casa.
Siempre maldiciendo, los albures caen como rancho apedreado.
En la computadora suena Jim Morrison que canta Soul Kitchen.

La excusa para entablar conversaciones pendejas.
Voy a ser como ese gato que lo mira todo detenidamente.
Y la pinche cerveza que no llega.
Este vocabulario parece música de cañerías.
Todos hablan y gritan  frenéticamente.
-Oye wey, ¿Alguien va tocar el piano?-
Me pregunta un desconocido.
Luego se sentó y pidió un cigarrillo.

Esta locura de los fines de semana.
Siempre estrellando botellas de cerveza dentro de  mi estomago.
Jamas me ocupo de mis tiliches, ni de mis cuadernos.
Andares vertiginosos, en busca de la estatua de mármol.
Estas casas ajenas y esta gente cachivache,
Faldas rabonas esnifando cocaína en los baños.

Después de la noche, la madrugada y su bruma,
que se postra  en el rostro alcohólico de Carlos.
El muy Infantil apenas se puede detener en las llantas de los carros.
Y los pinches vatos no han llegado con la cerveza, y las mentadas de madre por todo pasillo.
Besos Jariosos sobre la mesa, y el perro de la casa me viene a oler mis zapatos.
Después de una hora de escándalo la cerveza llega, algo espumosa y amarga.
Traída desde Juarez Nuevo León.

Después llega Pablo y me dice:
-Que onda guey, ¿Viste a Lucí?
-La vi telefoneando hace un rato. Le digo
-Me la chupó guey. 
-¿Y que tal?
-No pude venirme.
-Pues ¿Que mal pedo no?
-Si, eso creo Mierda!! creo que me estoy volviendo loco.
-Estas cosas requieren tiempo vato.
-Si, a veces no sabes que va pasar.
-Bueno, Pablo que estés bien deja ir por una cerveza.
-Claro oye Saúl, llámame de vez en cuando, podríamos tomar algunas cervezas luego..
-Ok, guey suerte con Lucí.
-Creo que ya se fue con Roberto en su carro.

Estos pequeños asuntos de la noche.
Ignorando, abatiendo el sofocante calor tomo otra cerveza.
esas que denotan las fiestas.
de piel morena y reverberas como el sol.
Las mujeres siempre compitiendo entre ellas en un rincón.
Después miro a Pablo que se va algo afligido por la calle.
se pierde en la oscuridad con una cheve en la mano.










-García Estrella.


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