Una fría Gota de lluvia cae sobre el pantano.
Cuando ella mira las hojas de los arboles desprenderse.
Un sueño vivirás, Ante la mirada de todos tus amantes.
Una vez miramos el ocaso en alguna vida lejos de aquí.
Por los vastos bosques de Francia.
Encontramos una historia donde nos tragamos.
Donde la Muerte fue nuestra Bella Dama.
Te ofrezco entre los días nublados, vinos y rosas.
Tal vez limpiemos el alma de esta sociedad.
Una noche para llenar en tu espalda de rocío como la tranquilidad
de una melodía encarnada sobre nuestra suerte virtuosa.
El fugitivo Amor, En cada ojo que observamos en las personas.
Siento la levedad de tu energía cuando en mis hombros,
Deslice la divina tormenta de cada amor solitario.
Un Amor en cada esquina, en cada Rincón Oscuro y húmedo.
Al cantar del maullido del gato. Reclinaré buceando en tus pechos de cristal.
Sobre tu suave y frondoso Pecho reposa mi frente somnolienta.
Salpicando cada letra A-M-O-R a ese vacío que nadie ha visto dentro de tu ser.
Mi letargo en los rincones donde los gatos corren a esconderse.
Encarnada tú en la noche del sonido de tus suaves besos.
Tiramé al Amanecer como un Objeto en el Silencio.
Aunque mi luz me Ama,
Purpura esta mi alma,
Mi Glándula carnívora embarañando tus cabellos
Y besando tu conciencia.
Y esa Palidez de tu rostro mientras tu mirada cansada me recrimina la bohemia De mi luna.
Las tardes siempre han sido un espejismo de mi desierto.
Pero en mi vaso me trago el vino con la hora taciturna.
Con mis Lánguidas Manos Magullaré tus alas Tierno Ángel Celestial.
A través de las nubes cometeremos el acto que desborda este loco corazón.
Que delante de los corazones solitarios y nauseabundos,
Grandes cosas podrás Observar,
Que mañana me veras partir de mi existencia errante.
-García Estrella.
