domingo, 20 de abril de 2014





Si, 
he ido,
en el parto de mi poesía
he caído, 
al fin, 
no he conocido
la muerte.
esa que me espera,
que esta drenada,
en algún lugar del tiempo.
me he suicidado mil veces.
junto a la noche,
O en una canción embriagante.

Si,
he puesto mi frente en su frente.
su mano a mi mano indecente.
A mi caligrafía incierta ha leído sus ojos.
gusanos que se elevan, sobre las
Flores que se abren,
en mi boca de cemento.
Arraigo simple el aro del silencio.
Permite mis dedos vagar por tus senos.

Si,
me he bebido la noche algunas veces.
Solo y con cocodrilos curiosos.
Beber las gotas suaves del rocío,
de la mística aurora boreal.
Azabache que limpia la tarde.
Que nos señala el camino.

Si,
A ese dios al que todos idolatran
Me gustaría que me invitara un trago.
Si, que me pague la noche,
que derrame el furor de sus bolsillos
en mi cerveza clara.
Que me dedique todas las canciones de Jim Morrison.
O que ponga una Cantina en el centro.
Oh Señor, por que no me regalas una noche.
Sobre el pavimento incierto,
nos encontramos como buenos amigos.
Como viejos, con tarros,
que dan bocanadas grandes.


Dice que se desborda mi loco corazón
Prefiero el espasmo de una hora violenta.



-García Estrella








miércoles, 2 de abril de 2014

La esplendida tarde del Domingo (relato corto)




Su aliento caía sobre en mis labios, cerca de mi rostro dibujaba una sonrisa solemne en su lápiz de labios rojos, se dibujaba casi una canción de Bjork, por inentendible dilema de querer tener sexo fuerte esa noche. decía mil cosas a con su aliento de cachonda a mis labios fúnebres había pasado casi un año desde que la deje de ver hasta que apareció en mi puerta sola como una hoja seca a la deriva, como una culebra perdida en el desierto. 
antes habíamos hablado de cosas sin sentido, pero pronto nos fuimos a la cama ella había traído cerveza de alguna manera, pero yo ya me tragaba las mías que guardaba en mi pequeño refrigerador.  Así sin tregua alguna se fue desnudando junto a la cama, para pronto yo ya estaba cachondo solo con ver esos enormes senos, y esas nalgas tan torneadas y blancas. Sus piernas parecían tan largas carreteras. Rápidamente mi erección debajo del pantalón era evidente, ella le gustaba decir cosas sucias como -tirame con fuerza tu esperma, quiero sentir tú falo en mi altar de venus.- Pronto bebí de un sorbo lo que me quedaba de mi cerveza, y arroje la botella contra la pared y me tire a su cuerpo caliente, ella de un grito se dejo tomar, había parado su culo para en trincarla firmemente. Pero mis deseos carnales se alborotaban uno con otro. De pronto ahí estaba ella bajo mi dominio la tome por detrás sin compasión y ensarte mi verga en su culo y tomándola de su cuello fino. Ella dijo -te gusta- a lo que yo respondí - Claro nena, te voy a clavar mi verga en los riñones- a ella le gustaba por que decía - si, amor hazme tuya, trozame los intestinos de una vez, quiero morir empalada en tu verga.-  yo jadeaba como un pinche animal, como una bestia mis gotas de sudor caían en su espalda y se fusionaban con su sudor hasta llegar a su culo hinchado. caían una y otra vez mientras la empalaba en mi verga caliente. Después tomo  mi cinto y se lo enrollo en su cuello de valquiria me dijo: -estira fuerte, asfixia mi cuello.- a lo que respondí, -Si puta.- tomé el cinturón y recordé cuando mi madre me golpeaba con el cinto en la infancia maldita fuertemente, y seguía ensartando mi falo en su hoyo desquisiadamente, y estiré el cinturón con fuerza y ella jadeo y aventó un grito mudo y dejo caer su baño sagrado en mi falo chorro de pureza perdida caía en mi verga. Después dijo: -Hazlo otra vez, vaquero pero mas fuerte.- así que lo hice mas fuerte, sus ojos se le pusieron rojos y llorosos pero quería mas.  así que la tome con mis brazos por detrás de los suyos y la enderece hacía mi cuerpo y ahí continué como perro montando, sin compasión. Después le dije que me hablará de su antiguos novios mientras le sacaba los infiernos a martillazos.
-Ohh Ahhh todo este cuerno me atraviesa desde el coño hasta mi garganta, no puedo respirar oohhh aaahh!!!- decía sin dejar de moverse como víbora en mi falo.
Luego de correrme en su pequeño coño, le dije que se lavara sus partes. Luego de limpiarnos y vestirnos nos fuimos a disfrutar la tarde, la esplendida tarde del Domingo caminamos por la plaza del centro  tomados de la mano y nos distrajo una escaramuza de indios haciendo un baile extraño junto a un publico desconocido.



-García Estrella      










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