Calles Olvidadas.
Camino fríamente por la noche, entre calles del centro de la ciudad.
Con mi lengua repitiendo la misma melodía que todos olvidamos.
Animo a las sombras con mi presencia, la calle Carlos Salazar no es tan mala.
Aquí anidan grandes silencios donde reina el pasado con un gran abandono.
Arboles enormes de tremenda textura, paso de lado de una pareja como un gato sigiloso.
La señora que mira por la ventana por la noche como una diosa del misterio.
Su casa huele a Viejo y sopa caliente.
Una extraña sensación invade la soledad de una calle tan vieja, es como si hablara por si sola.
Aquí donde caminas extraño, fueron lugares de grandes alegrías, y grandes romances.
Ahora es un escenario vacío, donde las cantinas olvidadas, chistan a los extraños donde nadie me conoce.
Camino al poniente de Carlos Salazar entre lo Bohemio y lo Adictivo.
A mi andar se enciende un cigarrillo como tributo a esta oscuridad de calle.
Empalando el pavimento gris que toma el color de nuestras almas.
Esto es la tortura de la decadencia misma.
El olor a orines entre los rincones y los gatos maullando desesperadamente.
Camino fríamente por Carlos Salazar, y dentro la oscuridad aparece una Prostituta, con alevosía y ventaja, susurrándome al oído cuatrocientos pesos toda la noche.
Simplemente avanzo como un fantasma desconocido ignorando a la mujer.
La vida es prostitución de todas las cosas.
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