Camino, endulzando la noche.
Recordando las amistades del ayer.
Olvidando esos amores insignificantes.
Saboreando la soledad en una noche plutónica.
He de mentir a mi memoria,
La promesa rota.
Los Brazos de papel,
Acallando esos gritos nocturnos.
Y en mis labios reina el silencio.
Como cuando regreso del útero de la naturaleza
Ningún arrepentimiento sobre la vida antigua.
La Novela corta en mis entrañas.
La Quimera roja sobre mi cuello.
Al espejo miramos todos nuestros males.
Y un gusano en nuestra garganta grita.
Un cromosoma dialéctico en mi sistema.
A veces me retiro a los campos de la vida fetal.
Una caricia en la frente de dios.
Una Marejada de ilusiones cósmicas en mis próximos embriones.
Estoy muy lejos del lugar de donde me lees.
Muy distraído de las mus-arañas de tus poemas.
Me espera ansiosa-mente un barco intrínseco,
Que me llevará a los agudos sueños de los fantasmas.
Justo antes a tus ojos dos monedas.
Mi Sirena de Fango y me deslizo en su piel dura.
Mi núcleo por el centro de sus pechos.
A sí me voy entonando la anorexia melodía del mañana.
Volví a la cascara de cemento en los cúmulos de personas.
En los estantes de la basílica atmósfera, jugaremos.
Siempre ajeno a tus palabras y sonrisas.
No se quema un beso lejos de la verdad,
Debajo de una Botella me encontraras,
O cuando en un Bar escuches una melodía de Tool.
Mis ampollas malversadas, Mi silencio aleatorio, Recordarás.
Mi denso cuerpo por encima de los templos falsos.
Mi amor al jazz, como lo dulce de tus labios.
Un día fusionaremos la luz.
Un día me recordaras en ese sueño errante.
Solo las nubes te llamaran y mi nombre retumbara.
Un camino descubrirás
y mi Alma encontraras.
-García Estrella
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