Me pierdo en los túneles apócrifos.
Quebrando los huesos que forman este camino.
Un perro nos guía en la vereda,
Quisiera estar en dos mundos a la vez.
Mi colérica angustia me contrae en las memorias olvidadas.
Y es mi deber saber que estoy vivo.
Las mantras de luciérnagas cobijan el sueño.
Y un mensaje no es suficiente para el encuentro,
Nunca recojo las hojas y las letras en esta primavera,
Te haré una ofrenda con este virus carnívoro.
Con este lumen bajo mi hombro,
Un silencio edificado en las sombras de los arboles.
Un golpe a la burguesía que impera tus pensamientos.
Un desconocido en el horizonte clama nuestro regreso.
Sin reverencias a los templos,
solo nuestro misterio es nuestra justicia.
Hay montañas que cruzar, llegaremos al lugar del origen,
A nuestro punto de referencia eólica.
-García Estrella