lunes, 19 de marzo de 2012

Felicia.


Entonces siento la incertidumbre cruel que atraviesa mi alma como la flecha  de tu ausencia.
Aun conservo nuestras memorias en el bolsillo de viento.
El filo de la cinta incita las cuatro cabezas de la videocasetera a pintar tu pasado.
En el camino donde recorres  con tus pies discretos, solamente odia al cartero.
No puedes contar historias viejas a las mismas mujeres.
Pintoresco y falso es la cena de la casa de Felicia.
Nos envuelve el  vomito rutinario bajo las costras de tus  lonjas  de collar.
Las estrellas se van disminuyendo, las hojas celebran al viento y se dejan arrancar del árbol.
La malicia de Felicia, gritos de mariposas en el valle del silencio.

Entonces siento la incertidumbre cruel que atraviesa mi alma débil con si singular dureza.
El hombre del maíz se aleja a pasos firmes entre los maizales del viejo sembradío.
Cicatriz en el rostro del ángel, que vaga alcohólicamente después de hablar con dios.
El sur es el mejor lugar para morir en un invernadero.
¿Qué harás cuando bajen las estrellas a decir mentiras del espacio?
Si el amor es una formula  existencial, la dosis se ha acabado hace mucho tiempo.

La Serpiente.




Se escucha Danzar una Serpiente hasta entonces dormida.
Con oídos pedestres y añorantes.
Se arrastra en la hierba seca y su alma esta deshecha.
Ella busca una sombra errante, mientras baila sobre las hojas de los mangos.
Su piel amarilla es débil como las luces de mi casa.
Dulce voz de mi madre que me llama desde el interior.
Mientras veía a la serpiente recordaba sus ecos roncos, sus ojos intensos, sus escamas de la ventral.
 Ella usa silabas cortas mientras se desliza hacia la oscuridad.
Culebra que ha mentido al mundo con su manzana.
Cansada de danzar, harta, pegajosa, lleva el dolor del mundo en sus parpados, casi en estado de coma, maldecida!!
Entregada al agua y el pecado se aferra al sueño.
Pero también sus brillos me atraían mientras la observaba y podía demorarme al llamado de mi madre.
Su veneno es su propio exilio y el mundo rueda en decadencia.
Anonadado, contemplo su belleza  por última vez deslizarse lentamente como una reina de la tierra, como una diosa perdida entre la hierba seca.
Cuando alzo mis dos brazos levantando la piedra enorme y  la dejo caer sobre  su cabeza, como un Martillo escandinavo.
Muere la serpiente que danzaba por el mundo y desconfió de su último aliento.
Se mueve hermosa y lentamente por última vez.
Mientras escucho la voz de mi madre llamándome desde el interior de la casa.

Una Tarde de Mayo.


Susurrante tu voz al teléfono diciendo mi nombre.
Pretendes que no te olvide en tu locura.
Me hablas de plantas y religión. Por 10 minutos.
Te invito a mi casa en cuanto salgas del trabajo
La tarde estaba presente, el sol estaba allí en algún punto del hemisferio.
Aceptas, y me dices que llegaras a las 5:00pm
Compro unas cervezas y preparo una película de misterio.
A tu llegada sigilosa como la de un gato, hija del sol como las otras.
Tocas a al barandal discretamente, tu presencia brota entre el ruido y el asfalto.
Te miro y te abrazo plantándote un beso en tu mejilla.
Te invito a entrar caminas pasillo adentro observas las plantas y el patio.
Subimos al cuarto, tome entre los dedos una manzana y la mordí como el que muerde un ser en la penumbra.
Las nubes se congregan y nosotros platicamos de muchas cosas en la recamara.
Películas, música, internet, poesía, cerveza, cigarros y libros de escritores universales.
Hablaste de tu depresión y de tu locura, yo de mi vicio (empinando una cerveza)
Mujer de ojos negros, como si llevaras en tu blancura la concha que despierta de noche.
Palomitas, te sientas junto a mí y yo abrazándote. 
Pesadilla en la calle del infierno, porque te gusta.
Los tímidos se esconden en la niebla.
Mientras que nosotros preferimos una soledad con el misterio ficticio.
Termina la película y comienza a llover, y son las 11:30 de la noche.
Alguien te espera,  mi habla es un anzuelo de incandescencia y pudor.
Y  solo miras y callas ante mi habladuría, no te quieres ir.
Yo no quiero que termine la noche, la simple  sombra.
Hablamos, nos besamos la música baja y tenue.
Me pides que te acompañe con esta lluvia hasta el transporte.
Y caminamos bajo la lluvia tarde perfecta, noche húmeda y fría.
Te doy mi chaqueta y me abrazas. Me hablas de las mismas cosas en horas diferentes.
Te miro y te llamo por tu nombre Isabel.
Me acerco a ti y te separas como el sol de la luna.
En la parada del transporte te ríes, gritas, te abrazo y miras  los gatos de las azoteas.
Una tarde de mayo  que se extendió a una sombra con granos de lluvia.
El transporte llega te abrazo, me besas y te vas.
Sin perder el tiempo.

domingo, 18 de marzo de 2012

El Duende.

En el valle de Kargkto se encuentra el peque duende Zarke.
en su Gran sombrero esconde el secreto del hongo.
Zarke canta,canta, Zarke duerme bajo el hongo.
su hacha gime como la noche a las estrellas.
Tu naturaleza maliciosa, es el fruto de las comadrejas.
Veneno ante todos los tesoros.
y la lluvia te encamina hacia la cueva de la danza escandinava.


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