jueves, 5 de septiembre de 2013

A taco firme y sin doblarse.





Caigo, después me enciendo como fuego en el bosque.
Pegajoso que vive en la placenta de su madre,
Por los sonidos de las lluvias, retumbo como un violín.
De mis glóbulos rojos, desarmo la mañana.
 En los átomos comienzo armando dragones de China.
Ocelote enjaulado, sigiloso destruyo esa naturaleza dialéctica.
Impulsado por el silencio y combinado por el jarabe de la piel.
Sábila artesanal, curandera de males capricornianos.
Con treinta delirios en la memoria. Así camino calle abajo murmurando.
Entiendo mi peso drenado en mi cerebelo.
Limpiando las uñas de un dios.
Cortando la maleza y hablando con este chaneque de letras.
Soy prófugo del gusto por la nada, anti-poeta, villano de mí mismo.
Bebedor insobornable, y amante de la marejada musical.
Médula de hembras mirando el continente perdido.
Hablando lenguaje sumerio, y las calles llenas de rock.
 La yema de la sociedad actual empollada por el mítico Internet.
Su letra Teosófica es el www.
Su máxima ilusión es meterle un gol de córner a los Rayados o Tigres.
Ausencia flagrante del viento, un dios interno. 
Así escribes como caminas, como chile frito.
Así escribo, a taco firme y sin doblarse dando saetazos a los que no saben.


-García Estrella.


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