La Bohemia Peregrina.

La ira y el desdén desde el desprecio más profundo.
Vociferando órdenes a las mujeres.
Hasta ese dios siente piedad.
Por todos los que se amotinan sobre el charlatán vividor.
He tragado la noche, y la noche me ha esnifado.
Puede ser en algún lugar extraño o la misma cantina que todos conocen.
También me desvelo con la pantalla de la T.V.
Ellos también llegaron a visitarme desde la misma noche.
Primero ella arriva gustosamente sin compación.
Su sigilosa voz en el cel.
"Hey apaga la tele estoy aqui abajo, sal ya"
Su vestido nocturno, su desfile de grandes masas.
Pero no es a ella a quien yo quiera ver.
En su andar corta el viento, su espíritu tenebroso y frío.
De la noche que se envuelve con las nubes, 
De las épocas desnudas, hombres y mujeres aparecen sin velos.
"Oye,  van a venir tus amigos, por eso he llegado, por eso he traído el desvelo"
Los rostros han sido devorados por las yagas, 
Y tu haz cebado la lujuria, haz descalabrado el cerebro de la poesía.
"Mi pobre musa roja, ¿Quién te ha lastimado en esta noche?"
¿Quién será tu dueño en Enero?
Después llegan todos y en la terraza exhalo su olor.
Mi profundo homenaje son las cervezas que me he bebido en su presencia.
Y alternando compactos veo reflejarse en su Tez la locura.
También el cantico tactiturno de la madrugada.
También he limpiado los cuerpos torcidos, flácidos y verdosos de sus sueños.
Su sueño es abrazar el cuerpo muerto de Hitler, pasar por encima de las razas decrepitas.
Mientras ellos hablan y cantan bajo el flujo de la bruma, 
Ella desliza su mirada torcida hacía la nada.
Despues me dice: "Tu amigo  se queda dormido con el cigarro encendido"
 Mario y su sangre se encuentran vagando en olas rítmicas. 
Mientras caen pequeñas gotas en tediosas veladas.
Mientras yo me trago la noche y el vino.
Mientras mis viejos amigos se encuentran muy lejos de aquí.
Mientras pueda caldear debajo de tu falda.
Pronto hemos alcanzado el otoño del pensamiento.
La lluvia ha caído en mi huerto, en mi pequeño sazón.
He alzado el pensamiento junto al desvelo.
Y he de poner a flote de las anegadas tierras,
Y he de buscar  las horas que me han consumido.
Cuando todos hablan ebrios.
En mi terraza el viento lanza su sonido burlon.
Me sumerge en el éxtasis que amo con frenesí.



-García Estrella.