Nací en un mundo gris en donde estamos llenos de una
generación de cigarros y cafés.
En donde, peleamos por parquímetros y tratar de subir al
colectivo.
Antojamos el ego? No!!
El ego nos controla a nosotros.
Bajo hasta la última conciencia, para derivar entre la
masificada sociedad.
Colectivo de grandes ciudades, implorando una mejor vida.
A veces odio, a veces olvido y muy poco amo.
Hurgar en la conciencia del mudo, tratar de sacar el monstruo del consumo, eliminar la masificación de la conciencia.
Despréndete de tus dolores,
y lárgate al bosque que, esta vida no es más que una ilusión.
Nos pusieron hombros en donde antes teníamos alas.
Y nos dieron un nombre, como a los perros.
Profetizar la Iglesia, como una deidad, escupir dentro de su
altar y orinar entre sus huevos.
Texas, el cuero de dolor de un cigarro siete dólares en un
bolsillo.
Negro con punta de cuernos sentado frente a una puerta,
largos silencios esnifando el alma.
Declinación por todos los santos falsos, falsos como esta
sala y esta gente.
40 grados para los demonios escupir cada yuca amarillenta,
flor de sangre, flor de sangre.
Porque nuestros ojos permanecen cerrados simbólicamente en
esta declamación de mierda!!
Aún cuando enciendo la
Televisión, mirando toda la tragedia diaria, esto me emociona.
Sea como sea a nadie le importa ver como mueren por las
balas, como mueren atropellados, si el padre violo y mato a sus hijas, si el
cura torturo a los niños antes de sacarle los ojos, o si el cuerpo lo
encontraron desmabrado en el puente.
Me ayudan los ciegos.
Me ayudan a ver la verdad.
Yo la cicatriz de mi cuerpo,
Se necesita práctica en el tremendo abuso de uno mismo.
Cogido por las orejas encaminado al salón de clases.
El techo se convierte en muñecas de papel.
Me ayudan los ciegos
Me ayudan a ver la verdad.
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