Después de haber muerto su padre, Angela se encontraba
deprimida en su recamara y maldiciendo al cáncer que acabo con uno de sus seres
más queridos. El hombre que le había enseñado todo sobre la vida había muerto
Con los ojos llenos de lagrimas llena de soledad hundida en
una casa grande.
Donde solo Vivían su padre y ella, mirando la luna llena en
la oscuridad del cuarto con el luto en su corazón y el dolor hirviendo en su
pecho decidió ir a la azotea de la casa y pensar en lo que cualquier mortal haría
cuando la depresión es eterna y te
cierra las puertas del mundo, el
suicidio. Angela se paro en la orilla de la casa en la azotea recordó los
momentos felices con su padre y como la llevo a la tumba de su madre y siempre
teniendo presente que siempre fue una gran mujer, recordó y recordó. Miro la
luna callada mente, el barrio se
encontraba en silencio cuando cerró los ojos para dar su paso al vacío desde la
azotea, en ese momento, escucho un fuerte aullido. Como un estruendo en la
noche, un aullido tan fuerte que los perros comenzaron a ladrar espantados como
si el lamento del diablo saliera desde las entrañas de la tierra. Angela se
espanto inmediata mente y escucho los ladridos igual de espantada que los
perros dio un paso hacia atrás y camino hasta las escaleras que dan a su jardín, se quedo quieta y miro a
su alrededor pensando que había sido eso, algo estaba estropeando su plan de
suicidarse, ese aullido espanto su muerte. En seguida Angela camino escaleras
abajo lentamente y miro hacia los arbustos que están en el rincón del jardín vio que se movían
bruscamente y se escuchaba un gemido ronco.
Miro y la piel comenzó a erizarse, bajo las escaleras y pensó en llegar rápidamente
a encender la luz del jardín, cuando de pronto, los movimientos de los arbustos
dejaron de escucharse estaba quieto todo. Camino hacia ellos ya que la curiosidad se
apoderaba de ella camino lentamente y en el jardín solo se escuchaban sus
pisadas en el pasto una y otra vez. Cuando ya estaba muy cerca se inclino a los
arbustos para abrirlos con sus propias manos. De repente mirando entre los
arbustos y en la oscuridad se abrieron unos ojos grandes y amarillos llenos de
maldad y salto hacia ella haciendo un gran gruñido y comenzando a rasgar y
morder. Angela grito pero nadie la escucho. A las dos noches Angela despertó en
su recamara dolorosamente sentía que
estaba quebrada pero solamente eran
dolores musculares, escucha que tocan a la puerta y es su tía que entra con la
cena preparada y quejándose de porque había
tomado esa decisión tan mala de quitarse la vida. Pues había sido ella que la encontró
esa noche tirada en el jardín ensangrentada rasgada en los brazos y piernas
como si ella se lo hubiera hecho por la pérdida de su padre. Angela no recuerda
nada solo la tumba de su padre en un cementerio solemne y gris. Su tía le habla
de las malas decisiones que toman los seres humanos algunas veces y le
recomienda que esa no es la mejor salida, ella la abraza y la deja descansar,
estando sola en la recamara en plena noche se siente fuerte y con ansiedad ella
siente que le hierve la sangre y que los huesos le crecen desmesuradamente. Se
para toma de la jarra del agua y se acerca a la ventana a abrir las cortinas y
se encuentra con una luna totalmente llena y roja, enseguida la mira y sus ojos
comienzan a ponerse amarillos como los que había encontrado entre esos
arbustos.
AUTOR: SAUL ESTRELLA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario