sábado, 6 de abril de 2013

Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada.

Hemos encontrado lo que no conocíamos en estas calles sin alma.
Hemos creído que los andariegos solo se daban en el antiguo México.
llevamos una insignia bajo las plantas de los pies, como un realismo visceral.
Estas muda entre la polvareda de esta tarde.

Salí a buscar las almas para fertilizar en reino de los poetas,
Que divagan en esta escasa ciudad sin rumbo, como circuitos del miedo.
Hoy sirviéndome Tepache en el jardín, Música de ancianos bajo los naranjos.
Chorros de esqueletos, blanqueando la mañana entre la pelusa que rozan tu cadera.

Miro entre las quietas hojas del nogal,
Donde yace el nombre de un desconocido, Perlas de mar que alumbraron a tu poetiza.
Y he caminado por las plazas, y he ido por toda calle, entre buscando la quimera de los versos.
Ahora en este sitio,  soy olvidado, bajo este sol.
Ahora la noche viene a cobijarnos, con tus hijas, Todas las casas entre abiertas.


Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada, porque te gustaron las mariposas de las cantinas.
Una Historia sin  historia, donde soy un personaje secundario.

Donde Hurtamos las moras en el monte, y tu con tus ojos de niña.
Hablaríamos de las mismas cosas, que cuando hablamos de cuando eramos jóvenes.


Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada, porque te gustaron las mariposas de las cantinas.
Un rabo entre mezclado entre Bagaje azul de Bohemio, que estira la tripa del placer a un camino.

Salíamos a ver los callejones llenos de piedra y terrazeria, a buscar los codos del sol.
Salíamos a buscar la eternidad debajo de un mezquital.
Empinando el sentimiento bajo esos tragos de vino que como cascada caían a su caudal.


Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada, porque te gustaron las mariposas de las cantinas.
Pedro ha ido perdiendo credibilidad, con el tiempo los hombres también pueden cambiar.

Lleno de circuitos,  desolado en su soledad.
Tardes de fiebres pálidas, donde el niño se escondía detrás de las bardas y hablaba solo.

En fin, veo como te ha crecido el cabello y estas pasada de peso.
Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada, porque te gustaron las mariposas de las cantinas.
Por que me dijeron que te vas caminando desde Santa Lucía hasta tu casa.
Por que fuiste mística y sigues teniendo en tus ojos la Bohemia,
Cada faje entre la oscuridad.

Y pareces una mujer cubista o estridentista,
tus partes están huecas,  pero aún así eres mujer.
No comprendiste el oficio del poeta desgajado que soy.

Te escribo porque me dijeron que te sentías desolada, porque te gustaron las mariposas de las cantinas.

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