Lucen vacías y negras las teclas de la maquina.
En su crepúsculo psicológico nos pinta de rojo.
Bajo los finos ojos de su rostro, dibuja una sonrisa.
Solo un aire de nostalgia se pasea por su boca.
En su casa vacía donde se mece su cabello negro.
Palpita el pasado, bajo mi mirada de lumen.
Y Suave tecleo sobre la maquina, para desgranar su deseo.
Para limpiar el estanque de sus moléculas luminosas.
Por que me enternece esa canción incierta,
Mientras ella llora en la ventana,
Mientras va cerrando la cortina, Mientras mira
Las tibas del jardín solemne de su cuerpo.
-García Estrella.
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