miércoles, 27 de noviembre de 2013

Yelmo, néctar de Schmucker.




En tanto, los libros solo llegaron para estar juntos por la noche.
La brava lectura del lector purga.......Atónito, solsticio. 
Cambia de lugar, de suéter,
de ánimos.....cargarme la cámara por los días de escuchar a Lamb of God.
Por los versos de Baudelaire, y los tamales de las Ñecas.
Jamas podría vestir al niño dios, en los formalismos de mi Interior.
Caucásico caigo entre las calles de mi barrio para comprar cerveza.
y denigrar a Don gato.


Buscando locamente los altares de lo desconocidos...()
Del viento llameante que busca mi cara anónima,
Mis ojos tan secos y mi silencio etéreo.

           Supe de tu gesto eterno,
                          Aunque vengas vestida de muerte,
Surgiran yerbas nuevas y yelmos santos bajo los paradigmas de 
 un sobrio néctar de durazno.
sin nombre, Así elevare la vida como un papalote de niño muerte.



-Garcia Estrella.

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