domingo, 3 de noviembre de 2013

Leonor (Capitulo 2)


Había estado un poco atizado, pues los días eran infernales en esta ciudad, el calor no tenía plan de tregua, iba a estar así todo el tiempo, Faltaba una hora para salir de mi trabajo. Ya había terminado todos los pendientes solo faltaba esperar la hora. Puse algo de música pues ya en la oficina se encontraba sola, ya se habían ido mis compañeros, decidí  escuchar algo de Bluse delta, entonces en mi celular busque la canción de Muddy Waters esa que se llama cuatro días y cuatro noches, Un bluse nostálgico de esas como si las pasaran en la AM de la radio. Disfrutar ese estilo sincopado de guitarra me abrió la posibilidad de ir a caminar saliendo del trabajo o ir a algún lado. No quería ir directamente a la casa pues no tenía nada pendiente en ella. dieron las cuatro  de la tarde entre canción y canción. Así que salí rápidamente, no quería saber ya de papeles, ni reportes, ni de las vidas aburridas de mis compañeros. Entonces tome el transporte hasta llegar al Parque Fundidora, la cineteca era mi destino pues tenía ganas de ver cine independiente, no sabía cuales eran las películas proyectadas ese día, mas sin embargo estaba dispuesto a ver cualquiera, Un Mundo secreto estaba en cartelera, Leí la sinopsis,  en fin no quise darle vueltas al asunto y compre el boleto, subí, el guardia partió el boleto a lo que me dijo -adelante- entre a la sala dos de la cineteca en donde según la habían re-modelado. Lo único diferente que vi fueron esos asientos Azules con porta sodas nuevo,  había poca gente se encontraban dos homosexuales, un viejo alejado, una señora con dos jóvenes, una pareja muy abrazada, dos adolescentes con apariencia hipster, se encontraba también una mujer que estaba en la séptima fila sola completamente, miraba la sala como si fuera la primera vez, veía todo con detalle. Así que decidí ir y sentarme a unos pocos asientos del de ella, de hecho casi me senté en la orilla. Ella estaba a 5 asientos del mio. Antes de comenzar la película fui rápidamente por una soda y unas papas para no estar tan hambreado en la función, comenzó la película era una película pretenciosa, los personajes eran muy grises, sin sentido y los diálogos algo débiles. En algunos momentos volteaba discretamente con la mujer que estaba a unos pocos asientos, ella me miraba también y se volteaba discretamente, al fondo de la sala se escuchaba el murmullo de los homosexuales que bromeaban no se de que. La mujer desde su asiento le hacía un gesto y  decía: -silencio, por favor- a lo que la pareja de homosexuales simplemente bajaban la voz y se disculpaban. En fin la película transcurrió, me gusto mucho la fotografía de esta película, no había soundtrack. La mujer volteaba hacía atrás ahora era la pareja de novios la que murmuraba un poco alto.  Volteaba conmigo y volteaba hacía atrás, y simplemente yo no hacía caso, seguía viendo la película.  La mujer volteo resignada hacia la pantalla y se dispuso a ver la película también, termino diez minutos después a lo que espere a que salieran todos, al reaccionar para levantarme e irme voltee hacia donde estaba la mujer y no se había ido, y me miraba sin discreción, a lo que tímidamente le hice un gesto amable, ella contesto el gesto con un saludo, me pare, ella también, -¿te gusto la película?- me pregunto, a lo que dije: 

-pues, me gusto mucho solo la fotografía, es muy pretenciosa y aparte siento que le falta mas trabajo al guion, bueno eso es lo que pienso- ella con una sonrisa se acerco a mi e hizo un gesto y dijo: -como sea, me estaban desesperando ese para de maricones, digo no vas a una sala de cine para cuchichear, para eso están las plazas o las vecindades ¿no crees?- a lo que asenté con la cabeza - estoy de acuerdo- dije, caminamos hacía la puerta de salida, en silencio veíamos a nuestro alrededor, vimos otra vez esa pareja de homosexuales que estaban parloteando ya fuera de la sala todavía, -Pinches maricones- dijo en voz baja. Yo sonreí  discretamente, salimos de Cineteca y le dije -Oye y ¿Cual es tu nombre?- a lo que contesto con toda seguridad -Leonor- y estiro su mano para dar un saludo. - Mucho gusto Leonor- dije, -mi nombre es Saúl- ella asintió con la cabeza, -es un gusto- dijo. Alzo los brazos para estirarse pues ver cerca de dos horas una película, contrae el cuerpo. -Oye, ¿te gustaría ir por ahí a caminar o simplemente ya te vas?-  dijo Leonor, a lo que al momento que bostezaba dije: -No tengo nada que hacer te acompaño a donde sea, vamos a caminar un rato en Santa Lucía- a lo que contesto: -Mejor vamos por una cervezas, ¿Tomas?-  entre las palabras sin sentido de las personas que pasaban de un lado a otro en fundidora. De repente a surgido este  comentario certero de una extraña persona, era un Milagro, un manifiesto a la tarde, una dislocación del infierno llegado hasta la tierra, esta mujer creo que sabía a quien diablos se encontró entre todos estos extraños. Discreta y minuciosamente conteste. -Si, vamos a beber algo- entonces caminamos hasta la estación Fundidora del metro, de ahí trasbordamos en la estación Cuauhtemoc, hasta llegar en el subterráneo hasta Padre Mier. al ya estar en la calle, Leonor encendió un cigarrillo con un cerillo, ella decía que no le gustaba el encendedor, que era mejor al estilo puramente antiguo, me ofreció uno y lo encendí. Cruzamos casi el paseo de Morelos y nos adentramos a una pequeña calle donde se encontraba un bar, al que tenía nombre los ojos de Tizoc, entramos y nos sentamos en la barra. El cantinero se acerco a ofrecernos algo a lo que pedí dos Caguamas Indio. Ella estaba de acuerdo con la elección, pude reconocer rápidamente que en la rockola del fondo sonaba ese Bluse oscuro de Led Zeppelin, "I cant quit you baby" para ser exactos. Era un espacio muy oscuro Los ojos de Tizoc, era un pequeño espacio entre la barra y las mesas tenía solo lamparas que alumbraban muy tenue mente amarillas. En el  fondo de la barra había dos hombres charlando, el cantinero hablaba con una mujer que también estaba del otro lado de la barra, era algo así como su ayudante. Leonor encendía otro cigarrillo y  dice: -Me gusta Led Zeppelin, no he escuchado todas las canciones de ellos pero esa esta chida.- No me quedo otra cosa mas que decir: -Bueno pues salud, por Led Zeppelin- levanto su caguama Indio y yo la mía seguido de esos largos sorbos de albañil
pues el calor era infernal, aunque ahí había aire acondicionado no se daba abasto para ambientarse por completo el lugar. -Bueno y dime, siempre andas por ahí solo, ¿No tienes alguna relación con una mujer o eres casado? ¿Cual es tu Historia? - dijo Leonor.  -Pues yo no soy alguien interesante, simplemente a veces ando por ahí, no estoy en ninguna relación, no he tenido tiempo para eso, trabajo por las mañanas, y por las tardes escribo poesía y relato corto, me gusta mucho el cine- dije sin ningún misterio  -ah espera- dijo Leonor  -dices que escribes poesía ¿eres un poeta?, Orale que chido, muestarme una de tus poesías-   dijo algo emocionada, a lo que conteste: -pues la verdad casi no cargo con ellas, se que debería por si se ofrece como hoy. pero lo que siempre cargo son libros, pero si quieres te puedo escribir algo, que bueno lo escribí hace un par de semanas, por aquí debo de traer una pluma.- dije buscando entre mi mochila  -mira te conseguí una servilleta, escribelo aquí sera mas ¿como se dice? Bohemio.- dijo Leonor, -eso es solo un cliché, la bohemia se puede dar hasta cuando estés haciendo del baño, pero bueno esa es otra historia.- dije, con una sonrisa nerviosa, tome la servilleta, no sin antes darle un sorbo enorme a mi cerveza, ella también hizo lo mismo y sonreía algo emocionada, eran pocas las veces en las que he escrito delante de personas, así que me sentía poco nervioso pero bueno, recordaba el poema que había escrito de pies a cabeza así que simplemente recordé y comencé:   

Noculta.


Serviremos la acidez como un cumulo de canciones románticas.

Quebraremos la dichosa gloria, por banalistas estrellas de rock.
Las branquias de Satanás atasco de seudónimos.
En el almuerzo tres córneas servidas ante la fe desértica.
Una ruborizada caricia en el lenguaje de los malsanos.
Y su ego cayo sin dientes al vacío.


Forma creciente sin escape, que voló sin verbo sobre el alma.
Que la pagina en blanco marcando palabras.
 besos que amortiguo el rostro.
Mece la tumba del anemico guitarrista.
Susana atasco la aureola.
Remueve su acidez, gástricos de la hambruna


Ceniza de demonio,
Una erupción en la estatua de Pompeya.
Esterlina en cada sendero corto.
Para alcanzar la plaga de la Letanía falica.
Y cuando se arrastra a la izquierda.
Ya he perdido el buque.
Su nombre surgió en un bar de mala muerte.


Cocaína debajo de esas pieles.
Y luego navegaste dentro de mi negra sombra.
Sin Islas, hemos comenzado a crecer hacia lo mas lejos.
Todo se ha vuelto un Naufragio.
Distorsión en cada bálsamo de tierra muerta.
Volver al vacío, sellar todo, una mueca ajena.


Coser a lo largo del corazón, hacer la cama en tiempos de sequía.
Vaciar el Cabernet, en las manos callosas de  Kafka.
Inmutar la saeta con un credo.
Incinerar la fe que nos enseño, cuando eramos niños.
Y ellos desprendieron su corona de carne con mentiras.


Tirado en las parcelas de la granja en 1999
Y en su lucha de respirar mi piel.
Su vestido verde se parece al silbido de su lengua.
Nocturna oculta.
Y sus hermanos de azafrán jamas nos vieron. 

    
Cuando termine, me dijo: -Quiero verlo- le di la servilleta y bebí otro trago a mi caguama, ella lo estaba leyendo, termino y me dijo -es oscuramente bello, me gusto, ¿Me lo puedo quedar?-  -adelante- dije - es tuyo-  -Gracias- contesto. Después dejamos la poesía por la paz y nos dispusimos a escuchar la música que un fulano estaba poniendo en la rockola. - Sabes, tengo un gran gusto por los deftones, ¿Crees que habrá algo de ellos ahí? -No lo se- dije, -Vayamos a ver- dijo ella. Nos dirigimos a donde la rockola estaba, buscamos y encontramos cinco canciones de los deftones, De los cuales pusimos tres, Regresamos a nuestra mesa y seguimos charlando de cualquier tema, el humo del cigarro de Leonor y otros parroquianos inundaban la taberna entre humos sigilosos que formaban nada y se desvanecían entre cualquier rincón del bar.  Bebíamos como dos extraños que sienten que se conocen desde hace mucho tiempo. entre mas pasaba la tarde llegaba mas gente el lugar de repente estaba medio lleno y hacía mas calor. Leonor decidió salir, -Vayámonos ya, aquí ya hace mucho calor.- Así que pagamos las ultimas caguamas y salimos, ya era de noche y estábamos ebrios. Caminamos una vez mas por Morelos, mirando esa gente extraña que sale en las noche y los artistas callejeros que se congregan en el mismo paseo. Leonor cantaba en voz alta una canción de Enrique Bunbury, esa de Y al final. con una voz aguardentosa a causa de la cerveza que había ingerido  anteriormente yo solo miraba tambaleante y la tomaba del brazo, mientras caminábamos por la calle, bajo las estrellas de la noche cosmica.  Algunas otras personas que pasaban cerca de nosotros y que escuchaban a Leonor cantar frenéticamente, también cantaban con ella:"Y al final, te atare con todas mis fuerzas, mis brazos serán cuerdas al bailar este vals." extraño como ella cantaba por todo el paseo de Morelos y algunas otras parejas borrachas también cantaban con ella mientras cruzábamos por su camino, Había también uno que otro grito que se escuchaba a lo lejos de esos que se dan en las cantinas. Llegamos hasta un quiosco debajo nos sentamos para bajar lo mareado, -Vamos a otro bar- dijo Leonor con voz entrecortada y torpe. - creo que ya estamos algo ebrios, ¿no crees?-  dije también en voz baja. - A quien le importa- Contesto Leonor, -Vamos a otro pinche bar, es mas yo pago, pero acompáñame quiero seguir bebiendo-  Entonces tambaleando y caminando despacio tratando de disimular toda la temblorosa realidad bajamos por Zaragoza y su cruce con Washington ahí dimos vuelta a la derecha después caminamos como cincuenta metros y bajamos a la izquierda. Llegamos hasta modesto Arreola a una cantina que se llamaba "El Negro Recuerdo"   -Vamos a beber aquí Leonor, un rato mas- dije en voz baja. Leonor se encontraba algo torpe pero en ratos volvía en sí. -Ok, me parece bien- al estar frente a la puerta del bar Leonor abrio la puerta con una sonrisa entre cortada y me dice -No se sabe que irá, a pasar mi amigo- deslizo su brazo sobre el la puerta y una luz muy brillante salió desde adentro con una melodía nordica de fondo, despues se fue desapareciendo ante mi mirada entre los gritos que proveenian desde adentro de la taberna.


-García Estrella.










  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

El Balsero.

Montaremos la espiral hasta el final y podremos ir simplemente a donde nadie ha estado. Vial es simple el estrecho por donde caen sus palabr...