viernes, 1 de abril de 2011

Sollozo.

Un sueño,  es el que lleva mi sabiduría, ante la hora silenciosa que emerge de la nada.
Ante el barullo de la solemnidad y el sentir del deseo agobiado por el abandono.
Sumergido en el sueño realizado por la oscuridad de mi cerebro donde encuentro,  la paz que había perdido en tiempos  de gloria, donde el pájaro azul vuela con las cortinas del viento.
A un paso de esta revolución de sentimientos se crea el pánico de la maternidad de una especie.
Y la tierra que ofrece sus colores dentro de un paraje estrecho y deshabitado.
He llegado a sumergirme entre la esterilidad de las cosas banales para olvidar la angustia de la pluma, el papel es cómplice de lo atroz.
Donde cada  verso es decorado por la noche y cada palabra nace como nace cada día.
Un lánguido que camina entre los callejones entre un sueño fatigado.
Y la vela que ilumina esta recamara abandonada, es el brillo de las deidades que habitaron el Olimpo.
Yo fui la presencia de una acción encaminada a la media noche en el café literario entre lo Bohemio y lo adictivo.
Fui sombra evocada como cada sombra que se pierde entre los tenues callejones de la ciudad.
Una solitaria alma regida por el olvido y la soledad, a mi paso encuentro romanticismo en cada rincón oscuro.
Debería estar ávido de nuevas experiencias, Tal vez con la muerte o el infierno.
O simplemente he temido por tener miedo, o quizá sea tarde para esto.

Autor: Saúl García Estrella.
Escrito: 16 de junio de 2010



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