viernes, 1 de abril de 2011

Cuando se esconde el Sol.

Estoy en mi tiempo.
El sol no comparte sus  días íntimos en este lugar.
La dilatación de mis ojos incita al manuscrito tormentoso.
No importa el año, mes, o día.
Tus palabras son armonía de juglar.
Un canto pasajero en el vértice de tu cara, me hacen saborear la misma almohada.
Como si guiara tus cabellos que me van llevando por los sueños.
Tus manos frías y silenciosas esconden así el digerir de mis pensares.
Pero tú entras aquí con tus dulces pesares.
Ahora puedo mirarte sin abrir los ojos,
Ahora puedo tocarte sin sentir tu carne.
Tu presencia es la antesala a la luz.
Y por la noche eres transparente como una brisa que cruza el horizonte.
Hoy los troncos me llevan a tu tacto nocturno.
Y la poesía que me pierde entre sus líneas.
Pero tú intervenías, y sobre la luna enjoyada te adormecía.
Y seguías susurrando una suave melodía.
La lluvia por el suave declive.
El sol se esconde entre las montañas, buscando el oeste.
Se esconde como tu  aurora y tus brazos se elevan para adorar tu llegada.



Escrito el 1 de septiembre 2004

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