Caminando, no sé si el silencio me conoce
Espero como todos los días a que regresen las aves.
A que tu cuerpo fugitivo vuelva al poema.
He caminado sobre los caminos de piedra sin rumbo.
Me han ofrecido el suicidio de una rosa sin misterio.
Haz sido tan cubica como el silencio del monte.
Todos los veleros zarpan hacia la nada.
Tus crónicas me han desencantado.
Zopilote sobre mi cabeza escupiendo conjuros,
Hechizos que no llegan a nadie,
La noche es sembrada con mis manos,
Para caminar por cada callejón de este Pueblo.
Un Chan sobre la sequía, Ahuyenta a los niños.
Mis pequeños poemas regados sobre el huerto.
Las hojas me predicen los versos,
Me dicen que he muerto, tierras del horizonte.
Si, he conocido la soledad esta en un pueblo en el norte.
Me han susurrado al oído una plegaria pagana.
Se han surcado todos los nichos.
Encontrar un simple relato en tierras desérticas.
De la inocente ignorancia se alimentan los intelectuales.
De toda oda cantada por los pájaros.
Quienes ansiosos mendigan su ser contándome historias detrás de mi puerta.
Hostal viejo de madera,
Aquí hay cuartos para gente sola.
Por lo que nadie puede sospechar esa belleza inocente que llevas en tu cara angelical.
Si, He caminado por los callejones de un pueblo viejo.
Me he encontrado con la soledad y el silencio.
Han revuelto mis pensamientos y mis entrañas.
Mirando al pasado desde una cantina oscura.
Pero la vida decide seguir como la continuidad de los puentes.
O como un flujo.
Si, he encontrado mi lírica en un hostal oscuro.
-García Estrella
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