Mantras.

(Montaremos la espiral he iremos simplemente a donde nadie ha estado)

Contemplando el barro por sobre sus labios yo la vi.
Con sus perlas colgadas al cuello descendí.
El lado oscuro de la luna se postra en sus ojos.
Ojos donde miro las estrellas, que caen en mi río de luz.
Tomo mi cántaro para beber a salud de los dioses.
Somos  tan altos y extensos como el bosque.
Cantar en los oídos de los Ángeles.
Y quemar el ego por la noche
 Ellos me miran fríamente, y echan sus egos.
Cegados, dormidos por el ego terrenal.
Contemplando desde lejos el instrumento mental.
Los que han creado el universo, 
Contemplando desde el interior de mis huesos.
Un beso etéreo en sus labios, antes de quemar el ego.
Una Hoja que se eleva con el viento es un lenguaje fuera de las palabras, 
fuera de las letras.
En el Samsara los veo nacer en la vertiente del rió colorido.
Donde los muertos flotan y los locos celebran limpiándose la piel.
Me he inmutado, des-integrado me esclarecido interior mente.
La he abrazado fuera de este poema, llegando al fondo de la doctrina.
Manifestandole Amor, Paz y Felicidad.
La experiencia de la divinidad nos encontró la huella digital de dios nos toco.
Las Partículas vibran en nuestro templo de carne y huesos, siempre por encima de la materia.
Por encima del caballero negro.
Ella se funde con el misterio de la materia negra con el vacío hermoso del universo. 
Donde no terminan las nebulosas del cosmos.
Ella es la meditación en la forma de dios.
Somos la disipación de las tinieblas con nuestras altas frecuencias.

-García Estrella