Divago, solo sin pensarte.
Escaramuza sin ojos escarba mi panza.
Adoro suavemente tu regreso,
Dentro de esa panza de tu madre.
Y aunque este conectado a los hilos del cielo.
Mis versos tersos mal habitados.
La cerveza es como mi infancia,
Fría, no es declarado un sueño.
Sino que en su cuerpo reside la vida misma.
No sé, pero de grandes cuentos tenía agarrado,
Los senderos del romanticismo.
Juventud de la niña con sus ojos cafés.
Por callejón nostálgico transeúnte soy.
Que arco-iris nace de esta tristeza.
Cuando pienso en ti.
Escribiendo para poder decirse,
No hay luto en las venas de estos dedos.
Dios mio, amo este ser de luz.
Es tan dialéctico cuando vomito el alma por las
sabanas de los querubines del templo.
Es tan soberbio pensar que no hay sangre en mis venas.
sino poesía sin fin.
-García Estrella.
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