miércoles, 19 de agosto de 2015

Purepecha norteño spagetti underground western literato......







No sabíamos que los astros se habían encontrado por encima de nosotros, Nuestros pasos desvariados entrecruzados por las escuelas, los fines de semana, las cantinas, los toquines de rock, los centros de arte, las caminatas nocturnas, No soy ese pinche punk que se queja de todo. Soy ese residuo de brea orgánico que tiene una viscosidad de bohemia muy alta. Los poetas se esconden debajo de un rostro anónimo, debajo de una banqueta chorreada, Todos los trabajos escritos bajo el sol del verano, con ese toque de esperanza, y la retorica facilidad de encontrar uno de los nuestros en cada verso, A pero tanto desperdicio con los escritores sobre valorados. Tanto de lo mismo de cada mierda que ya sabemos, Podríamos picar ta lacha muchas veces pero siempre voltean a ver a los mismos. Pinches mensos elitistas, avariciosos, corrupto, policía poética. Digo también escribimos versos malos. No somos los pinches perfectos. Hasta Bukowski tenía mierda en las letras. Velada intrínseca, Crudas morales, cuando juntos nos bebíamos la noche comploteando siempre en los versos de la poesía, comploteando siempre contra el mundo. Con la servilleta manchada de ceniza de cigarro, consiguiendo la pluma que no traíamos. A que amaneceres a toda madre, desde el techado de la casa de la Selene. Hasta los oscuros tocadiscos del centro, nosotros artistas de la vida tarareando en el humo del cigarro, tirando de los hilos de la sociedad. Por los destinos diferentes nos fuimos cabalgando desde la lejanía de la crepúsculo. No cambia nada, podría cambiar tu manera de vivir al estar con otras personas. Pero la esencia NO. la originalidad del ser purepecha norteño spagetti underground western literato no cambia. Esa nos la heredaron, como el coloso heredo sus piedras al estado. Amigos de la vida, de lejos, de la juventud. Todo resplandece en las perlas de nuestras letras. Que nostalgia del futuro que nos deja la melancolía cunado todo habría desaparecido bajo los influjos de la percepción, y no hay mas recuerdo que lo que vimos como bohemios encuerados al flujo de la discreta bohemia las palabras que cruzamos, las carcajadas, las cervezas que nos metimos de noche o por la madrugada. No hay mas nostalgia que pinche mentada de madre por los santos que dimos por los pasos, Y una única amistad encontrada por encima de todos los cachilokos del mundo. No hay despedida ni ningún hasta luego.
no hay resentimiento, ni nostalgia, solo habrá un encuentro.



-García Estrella.

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