martes, 9 de abril de 2013

Balada de Armónica.





A Myster Badman.
                              (Que con su armónica hizo contener el llanto de la noche)







Soplando o aspirando el aire, sobre uno de sus agujeros.
Múltiples  tal vez, marchando por la noche, sin límites.
 Es uno más en las calles, con piernas de luz.
Hombre de blues, oraciones a la muerte.
Se caga sobre dios y sobre todos sus muertos.
Como una melodía sobre el pantano, que marca el ritmo,
Ese ritmo sin guitarras.


Con sus notas altas y bajas hacen girar el extenso sol,
Látex sobre los huesos, engomado en un colérico frenesí.
Mientras, todos caminamos rotos, en largos vagabundeos.
La armónica lo acompaña en cualquier día, escucha su reclamo
La etapa oscura se termino, y solo quedan cenizas.
Myster Badman como “Zweihänder,”
Como música folk,  como el origen de la noche
Volando siempre sobre la soberbia de Federico Nietzsche.




Su bandada de melodías me llevo por las altas nubes del Chac.
Entre la noche cósmica mientras yo adormecido, encervezado  
Divago entre las notas de su instrumento de viento.
Dulce nido de poetas,
Myster Badman lleno de luz estallante,
Su origen celeste, nada tiene en común con la luz de la tierra.
Es eterno en la fugacidad del coito con las estrellas,
Concentrado en los poros de la Luna.


Ojo infinito de sus letras,
Volando sobre el Halo áurea,
Lleno de furor y salvaje desmadre.
Camaradería en sus andar, sin olvidos.
Entonces, las palomas abandonan su forma anterior.
Sobre  el coro de las musas, la armónica de Myster Badman.
Proclamando el presagio, y ciñéndome tres veces las aureolas.
Sobre el barro del áspid caliente, que cae en las rocas del rock.


Diatónicas o cromáticas, eso no importa.
Ingiriendo las escalas, como vinos sobre barricas.
Embarrando la noche de tonos sublimes,
Germen de la lirica,
Eructando poesía y melodías,
Siento nostalgia ante sombra,
Rezago de embriaguez poético.
Su cuerpo como instrumento de viento, resbalando en el aire.
Silbando a las nubes enlutadas,
Su sonar trasciende lejos de lo que podríamos imaginar.


No muevo el tarro de cerveza,
No muevo las manos,
No escupo nada.
Nada más te escucho,
Cuando tú con tu destello y talento,
Haces contener el llanto de  la noche.














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