domingo, 14 de julio de 2013

Llévame bajo el agua donde se escucha el sonido del silencio.



Cuerdas de nailon flojas, y junto a su mano reposa su lápiz de labios.
Entre guitarras ella mira como voy afinando el instrumento,
y se esta callada.
Desvía su mirada a las estrellas, 
Una, dos, tres, cobijo la noche entre notas musicales.
Sábado por la noche, que ella mira mi nota en Sol. 
Y todos escuchan las guitarras y la balada que los hizo venir.
Uno, dos, tres flotamos bajo el agua, en armonía bajo nuestros sueños
Después miro la cruz que cuelga de su cuello.
La hora de la media noche me tienta a tomar su mano,
pero seguíamos tocando.
Uno, dos, tres todos los caminos diferentes cabalgame una vez.
Sábado por la noche, que ella me tiene loco.
He caminado tanto para estar aquí tocando mi guitarra
y conocer su rostro.
El sonido de los eones  sin tiempo, su  Inteligencia eterna.
Con mi música declamo poesía Beligerante.
Una, dos, tres desvío la mirada a su cuello.
Atravesamos la ciudad a deshoras, con los ojos vidriosos.
La fusión de sus palabras y mis tragos de cerveza.
Esa una divinidad eterna que se carga, y le gusta las canciones viejas.
Blusa blanca y su cabello naranja, collares sin vocales.
Esta noche hemos venido para regocijarnos del banalismo.
Y  dice: -Llévame bajo el agua donde se escucha el sonido del silencio.-
Aurora en su ojo de pagana, en sus pálidas manos de muerta,
Pero aún así me relaciono con su inmortalidad eterna.
Uno, dos, tres, estamos en el sitio donde antes no nos conocíamos.
Donde flotamos bajo el agua, jugando con el sonido del silencio.



Autor: Saúl García Estrella.




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