viernes, 17 de mayo de 2013

Nuestra divinidad de seguir siendo humano.




Mientras que en mi rasposa alma,
Inmaculadas  agresiones sobre el templo de mi cuerpo.
Este cuerpo, es el templo del hoy.
Construyendo con todo el barro a mi alma,
Apenas y podemos recordar la parábola de nuestra existencia.
Vivo  ahora, el futuro es un mal chiste.
Elijo esta nota musical, fraguada en la sacra realidad.
 Desde que encontré este halo sobre mi cuerpo.
Este ser de luz, que murmura en el clímax.
Giro a la deriva por el mismo rió de conciencia,
Respirando, eterno en este cuerpo etéreo.
Nuestra palabra es infinita, nuestra fe es fortaleza.
Viniendo de todos los alrededores una misteriosa experiencia.
Vivo ahora, jamás solo.
Elijo estar dentro de este cuerpo creando realidades.
Esta fuerza extraña que me acompaña hasta el final de los tiempos.
No hay mortalidad, en los zapatos del terreno.
Alejarse, porque se acerca la gloria del estío.
Celebrando este ser que nos empuja al nuevo nivel.
Manifiesto de luz, aplastando todos los falsos santos.
En los senos profundos de la humanidad,
Nace una voz angustiada, más subliminal y sugestiva.
Dice: que elijamos la mortalidad de nuestro ser.
Si quieres llevar mi alma a ese cielo.
“Yo podre elevarla aún más lejos.”
Más que ese dios bélico.
Esta luz que habla a través de mí.
Ella tiene necesidades como tú y yo.
Tiene necesidad de contemplarse en el domino de la fuerza mayor.
Separando mi cuerpo de mi mente,
Abre estos ojos, ciégame con tu luz.
Alimentando el deseo de elevarse fuera de esta poesía.
Está en el mas allá, esta Nébula sobre campo húmedo.
La savia milagrosa que cubre todo mi tercer cerebro.
Alcanzo para abrazar todo lo que se acerque.
Balancearse sobre la espiral que sube ocultamente.
Bañarse en la belleza de esta existencia.
Sentirme inspirado para avivar el poder.
Arrastrando la lírica, más allá de la razón.
Sobre un callejón de Parras, me veo sobre los sonidos,
Para absorberlo,
Todas las sucesiones de Fibonacci:
1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,…
Esta áurea infinita proclama libertad de pensamiento.
Creciendo como el mismo universo creado por el pensamiento.
Nuestra divinidad de seguir siendo humanos,
Del dios interno.


                                                                                              Autor: Saúl García Estrella.

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