lunes, 13 de mayo de 2013

Homenaje a la Viuda húmeda.

XX


El humo sigiloso de un cigarrillo es todo lo que hay,
Libre de este albedrío, se mueve la lluvia de infinita ausencia.
Bajo este bozal de rosas tirado sobre el pasto de tus deseos.
Sabiendo que la única esperanza de los sapos se encuentra debajo de los pantanos.
No hay nadie en esta sala de espera.
Una mujer que cruza por la misma literatura del regazo.
Salí a la calle y no encontré tu rastro,  un momento, todo se han fugado del infierno.
 Mas allá de donde se esconde el ser, queda un reino de luz
Agobiado en su agonía.
En el principio donde florece la energía del poder.
Podemos prostituir toda nuestra felicidad, y hacer de la vida un presente poético.
Imperfecta la vida, y costra como el hombre a sus manos.
Miserable caído como el árbol del coño.
Aliento perfecto sobre el odio de la lluvia.
Nadie comprende la bilis de la enredadera y gusto de la nada.
Como aquel que miente ante los ojos de las perras callejeras.
Porque lo que soy yo solo lo sabe la poesía y el viento.
No se trata de olvido, ni de odio, si no de asco.
El movimiento de la serpiente, clavel, ceniza de mi alma.
Llenare algún día en incesto, oscuro dorado de locura.
Una luz que me escupe desde su carne cruda y que lleva por costumbre
Atado al zapato de mi pie.
He perseguido esta sombra, sombra  que era una viuda  húmeda.

 XXX

Señor del verso que invocaste la sonrisa de Satán.
Hombre que debajo, eyacula el acto del amor.
Insolente acto derramado entre tus labios.
Aguardar la muerte en un lugar lejano.
Los gritos del cielo alto Azul.
Las Fotografías.
La nieve.
Hoy.
Visite Monterrey.
La droga.
Los disparos,
Los delitos.
Así acabo la banda de Moran.
Monterrey es un partido de fútbol.


XL


La mentira de Miriam antes de morir.
El  estrépito Juan.
Las treinta monedas de Ulises.
La noche de tormenta de Eva.
La sombra en el patio de Isabel.
Rebeca y su betabel.
Los epitafios de Mayra.
La travesura de Reyes, expulsado, exiliado fuera del colegio.
No podrá  ingresar a ninguna otra escuela.


                                                                       L


Osos de trapos, castigados en la azotea.
Ese sacrificio atado a mis zapatos.
Los amigos invitados a beber por primera vez.
Como ha llovido en Mayo.
Como ha llovido en Mayo.


 Autor: Saúl García Estrella.

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