sábado, 24 de noviembre de 2012

En el Café Bosnia.




Víctor: ¿Cómo crees que me he sentido estos últimos días?, no has estado a mi lado, me sentido de la mierda.
Montserrat: Ya lo sé, pero por qué? No me habías buscado, siempre te escribí miles de correos e incluso te hablé por teléfono, nunca contestabas, siempre ausente, te gusta arrastrar tu drama a todas partes Víctor. Dices que no tienes tiempo o según tú  se te olvida, ya han pasado varios meses y ni siquiera me hablas en mi cumpleaños,  te quería pedir de regalo solo que me acompañaras a la iglesia, quería tener un momento especial contigo.
Víctor: Perdóname, es que últimamente he tenido una especie de confusión en mi cerebro, sabes que te quiero, siempre te he querido Montserrat, estos últimos días he pensado mucho en ti hasta a veces te he llegado a confundir con otras mujeres.

Montserrat: Entonces por qué te ausentas?   Eres un egoísta que solo piensas en ti, no piensas en las personas que te quieren como yo,  pero tú como siempre te ausentas te vas, y te haces el sufrido, sufres por todo, y después eres un rebelde que nadie lo entiende. Dime Víctor, cuando vamos arreglar esto?

En ese momento afuera del café cae una lluvia incesante las personas comenzaron a correr a esconderse debajo de un techo, Víctor y Montserrat, miraban por la ventana del café hacia la calle en silencio, como ese silencio que parece incomodo pero a veces encantador porque  sabes que has encontrado alguien especial en tu vida, la mesera les seguía llevando café a los comensales  que en sus asuntos pasaban desapercibidos ante la mirada de la joven pareja, cuando en la tarde nublada se escucha el rugir de los truenos en un mes de Agosto.
En tanto la mesera minuciosamente se acerca a la mesa de la pareja y dice
Mesera: gustan algo más.
 Montserrat: No gracias, por el momento estamos bien.
Víctor: Gracias.
Montserrat: No quiero que vuelvas hacer esto Víctor, yo también he sufrido en mi soledad, pero salgo adelante ahora que vivo sola y tan lejos de todo es duro. Acuérdate de mi aunque sea un instante, háblame a mi trabajo, no esperes a que yo te busque, pon algo de tu parte se que también la he regado contigo, estoy consciente que en momentos que tú me necesitabas nunca estuve pero quiero cambiar eso, Quiero comenzar de nuevo, que estemos bien, nunca dejar de vernos  porque en verdad nos necesitamos en uno del otro.

Víctor solo miraba a Montserrat  hablar, a veces ponía atención y otras veces volteaba hacia la calle como no importarle nada de lo que ella dijera. Pero llego un momento en que Víctor pensó en Alicia, esa mujer misteriosa y carismática y a en algunas veces rebelde con la vida misma y la sociedad. Alicia era lo contrario de Montserrat. Y mientras Montserrat hablaba y hablaba.
Víctor comenzó a recordar la tarde de ayer cuando  había ido a encontrarse con Alicia en el paseo Santa Lucia,  donde pasaron horas platicando, hablaron de poesía, pintura, música, de las películas de Jodorowsky  y demás. Se besaron por un largo tiempo, se abrazaron, se carcajearon, una tarde que Víctor nunca olvidaría por el simple hecho de sentirse con su alma gemela.

Montserrat: me estas escuchando Víctor?  Ahí está en tu pinche mundo, Víctor estoy triste a nadie le importo ni siquiera a mi madre, y a la única persona en la que tengo fe que me quiera también me ignora.
Víctor: Porque no te gusta ir a mi casa Montserrat?
Montserrat: A que te refieres? No me estas escuchando o que..
Víctor: Porque es un lugar oscuro y lleno de polvo, de basura acumulada, de olores humanos. No te gusta que la cama nunca esté  hecha  y que las sabanas  tengan manchas grises. No te gusta el olor de mis pinturas  de los oleos que tengo acumulados ahí, porque te fuiste? No debiste haberte ido. Nunca, no en esta vida.

Montserrat: Porque ya nada era como antes, no me hacías el amor como antes, ignorabas mi presencia te ponías a pintar tus estúpidos cuadros que solo tú entendías. Eras una persona ausente y yo me estaba muriendo y tú no lo veías pinche PEDNDEJO!!!

Víctor volvió a pensar en Alicia en como en esa tarde de ayer se le veía su hermoso vestido rojo, mientras Montserrat le decía de mil cosas. Víctor pensó en que estará haciendo Alicia en este preciso momento.

Un día anterior después que Alicia se despidió de Víctor en el paseo Santa Lucia

Alicia llegó a su departamento cansada después de haber caminado todo el paseo Santa Lucia.
Entró a la habitación donde despistadamente se fue desvistiendo para ir a la ducha.
-la fortuna de vivir sola, es que no tienes pena a nada y puedes andar por ahí como quieras- pensó ella.
Fue al estéreo y puso música de Portishead, Glory box para relajarse, después se dirigió al refrigerador donde saco una cerveza, tomo un bocadillo de la barra de su cocina, y entró al cuarto de baño, a lo que la tina de baño ya estaba llena. Se  recostó en la tina, la música sonaba Beth Gibbons cantaba al fondo, mientras que Alicia daba pequeños sorbos a su cerveza relajándose quieta y su mente gira en torno a la música, al sampleo de la melodía, y no le importaba nada por ahora. Solo la inmaculada voz de la Gibbons que le hacían recordar todos los momentos de gloria y oscuridad que había tenido a lo largo de su vida. Después dio otro sorbo a su cerveza, mitigando el momento, y encendió un cigarrillo para completar la escena.


       -La música de portishead es muy hipnotizadora, muy poderosa- pensaba Alicia y ella susurraba: Give me a reason to love you...se le venían muchas cosas a la mente pensaba en frases como: Estoy tan cansada de jugar, de jugar con este arco y flecha voy a dejarlos a otras chicas para que tiren mi corazón, He sido una seductora durante mucho tiempo. Desde niña he sentido la necesidad de sentirme libre, y relajada cuando por circunstancias de la vida algo me hacía sentir mal, largos paseos por los bosques escuchando música y sintiendo el leve roce del viento. Mi alma se llena de tranquilidad y equilibrio solo con  escuchar esta canción, ese chillido de guitarra melancólica le hacía estremecerse por completo Alicia se apasionaba ante la música. 

       Ese sonido que engloba diferentes formas de música electrónica a tiempo lento, creando atmósferas oscuras pero a la vez tiernas, Alicia no dejaba de susurrar la melodía dentro de su bañera, a lo que sacó del cajón del pequeño buró que estaba a lado una píldora y un frasco de medicinas vacío, en seguida estira su brazo para alcanzar su encendedor y se pregunta: ¿Se romperá el cristal al contacto con la llama? luego enrolla una misteriosa tira de papel mojada en saliva alrededor del extremo de un cuentagotas, A lo que al mismo tiempo va terminado Glory Box y comienza Roads, y se balancea peligrosamente en la tina de baño.

       Aquí una situación de suspenso, Alicia no sabe si se caerá, no le importa, pero ella se inclina doblando su pierna hacia ella  para amarrarse la liga a su muslo fuertemente y apretándosela con los dientes y con gran delicadeza se introduce la aguja. Después se recuesta seriamente en la tina de baño voltea al estéreo a lo que Roads de portishead sigue sonando al fondo de la recamara ella dice: -Que hermosa cancion, quisiera llorar ahora mismo-  En su viaje Alicia se iba con el ritmo de portishead y pensó: - la vida es una música experimental.-

        Cierra los ojos, sin saber si los  volverá abrir, no importa nada Portishead suena al fondo, la música es bella, ella esta relajada, vive una realidad falsa, mira su niñez y su juventud en cuestión de minutos, esta lista, lista para lo que sea.





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