lunes, 19 de marzo de 2012

Una Tarde de Mayo.


Susurrante tu voz al teléfono diciendo mi nombre.
Pretendes que no te olvide en tu locura.
Me hablas de plantas y religión. Por 10 minutos.
Te invito a mi casa en cuanto salgas del trabajo
La tarde estaba presente, el sol estaba allí en algún punto del hemisferio.
Aceptas, y me dices que llegaras a las 5:00pm
Compro unas cervezas y preparo una película de misterio.
A tu llegada sigilosa como la de un gato, hija del sol como las otras.
Tocas a al barandal discretamente, tu presencia brota entre el ruido y el asfalto.
Te miro y te abrazo plantándote un beso en tu mejilla.
Te invito a entrar caminas pasillo adentro observas las plantas y el patio.
Subimos al cuarto, tome entre los dedos una manzana y la mordí como el que muerde un ser en la penumbra.
Las nubes se congregan y nosotros platicamos de muchas cosas en la recamara.
Películas, música, internet, poesía, cerveza, cigarros y libros de escritores universales.
Hablaste de tu depresión y de tu locura, yo de mi vicio (empinando una cerveza)
Mujer de ojos negros, como si llevaras en tu blancura la concha que despierta de noche.
Palomitas, te sientas junto a mí y yo abrazándote. 
Pesadilla en la calle del infierno, porque te gusta.
Los tímidos se esconden en la niebla.
Mientras que nosotros preferimos una soledad con el misterio ficticio.
Termina la película y comienza a llover, y son las 11:30 de la noche.
Alguien te espera,  mi habla es un anzuelo de incandescencia y pudor.
Y  solo miras y callas ante mi habladuría, no te quieres ir.
Yo no quiero que termine la noche, la simple  sombra.
Hablamos, nos besamos la música baja y tenue.
Me pides que te acompañe con esta lluvia hasta el transporte.
Y caminamos bajo la lluvia tarde perfecta, noche húmeda y fría.
Te doy mi chaqueta y me abrazas. Me hablas de las mismas cosas en horas diferentes.
Te miro y te llamo por tu nombre Isabel.
Me acerco a ti y te separas como el sol de la luna.
En la parada del transporte te ríes, gritas, te abrazo y miras  los gatos de las azoteas.
Una tarde de mayo  que se extendió a una sombra con granos de lluvia.
El transporte llega te abrazo, me besas y te vas.
Sin perder el tiempo.

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