martes, 9 de agosto de 2011

Hemos trazado lineas.


Hemos trazado la línea todo el tiempo, junto a los mares de cerveza.
Dirigiéndonos a un paraíso  terrenal de locuras desencadenadas.
El camino corta hacia el rio La silla, 
Donde,
  Su caudal no es abundante en relación al tamaño de su cuenca.
Es otra noche más, donde el aire vuela con una insaciable sed de delirio.
Y donde volvemos a hablar con la llegada de la Luna.
Réquiem por todos nuestros males, y nuestro aliento de soledad se ve trillado con una melodía.
Perdidos en algún túnel psicodélico, entre los andariegos y los musulmanes, así se ha convertido toda divinidad en toda su oscuridad.
Parado en el segundo orgasmo de gran mercurio, y las estrellas chillan en el lado más vacio del universo.
Mi cerebro deshecho por la aneurisma, pobre cerebro solo descansa en mi propia cabeza.
Ávido y oscuro.
Esta es el eco de un loco que entro en trance con las orugas del monte.
Es porque esto es el esqueleto de un puritano solemne que está del otro lado del pensamiento.
Mundo cadavérico que trasciende  entre los motores de la tierra y se disuelve en las amibas de la misma.
Cabeza de ectoplasma enseñando reglas en la casa de la lealtad ubicada en el obispado.
Surrealismo como la de un violador arrepentido, como un perro empalado, como un minutauro llorando.

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