domingo, 7 de febrero de 2016

El cerro de la silla (Buscando la eternidad)






En el cerro de la silla,
Los negros bailarínes  se desnudan,
Por los senderos solitarios, Las carcajadas.
En un Arbol una soga detiene un cadaver de su cuello,
Danzan los esqueletos de las brujas,
Danzan sobre los organos negros.

En el cerro de la silla,
Vive un hombre pajaro que llora por las noches.
Una vez una damisela lo abrazo con amor.
Su amor entrechoco con la muerte de la mujer.
Y el viento en sus alas rasgaron los violines de la tristeza.
Los cuervos lo acompañan al crepusculo,
Donde en sus garras son dueñas de toda cabeza rota.

En el cerro de la silla,
Auyentaron a los espiritus,
Los locos que raptaron a Sheila.
Donde en sus faldas rasgaron con tremenda lujuria,
Con el delirio en la saliba de sus bocas,
Una vez en los ochenta una mujer fue asesinada.
Bajo la noche nublada y fria de mi infancia.

En el cerro de la silla,
Con las bolsas llenas de oro en su caballo,
A galope Agapito Treviño silbo una melodia triste.
En su caballo el aura le alza el pelaje de su melena.
Su aliento en todas las historias del norte.

En el cerro de la silla,
Enterraré un poemario,
En algún punto de la montaña me iré.
Sin titubear mis poemas esconderé.
En el albor, a la hora de la tarde arrivaré.
Cientos de poemas debajo de una piedra.
Que yacen en el cerro de la silla.
Pues solo así me desprendo de los seres  humanos.
Para en una sola accion, 
Volver a encontrar esa eternidad que había perdido.



-García Estrella.

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