viernes, 22 de agosto de 2014

Del tiempo.













En sus pasos sigilosos,
Llega el humo a sus pies,
por encima de ella gira a cuarenta y cinco grados
Una Urraca, negra.

Y ríe de mi,
También hace una oda elíptica en mis pies.
Esta enferma de sida,
De muerte, y toca mi estomago de barro inflamado.

Es su mirada llena de Fulminación.
De su boca vomita grandes bocanadas de estrellas
Que llenan el cielo de la noche.

Y muero frente a ella,
Y no lo ve.
no lo sé.
Tal vez es,
Y nuestro UTERO 
Ahí germina el pensamiento.

Aunque estemos enfermos
Ambos,
Ella de Sida
Yo de vida.

Tan fácil es azotar en el suelo.
Tan fácil volverse loco por las noches.
Tan fácil hablar con Virginia Wolf.
Tan fácil robarle un beso a medusa del infierno.

Encontramos un pájaro sobre el camino.
hay tiempo para nacer, para estar aquí.
Todos tenemos un tiempo.
Encontramos un pájaro muerto sobre el sendero.


Que pasa con ese pájaro?
ha regresado al lugar de donde vino.
ha muerdo bajo los rayos de mismo sol,
que ilumino el madero de cristo.

Todos los deshechos del cielo.
anidan bajo sus pies sigilosos.
Esos llenos de sida.
llenos de fragilidad.
Somos lejanía para unos.
Somos todos los testamentos rotos,
Todo lo que los héroes fueron.

Dame joyas ahogadas, rosas y pesebres.
Dame una cola de caballo,
Dame una manía modista,
Una botella de vino
y después perdóname.
 
Perdóname bajo la luna de caramelo,
Perdóname después de tus medicinas,
Perdóname por mi ausencia.
Y de todos mis suicidios anónimos.


Esté día temblare para que me pierdas el rastro.
Haremos un pastel, después saldremos a caminar.

Dios-perro de la noche
cabulea sobre el pavimento.
que su enfermedad es una salida.
Arrastraré el virus,
robaré un cadáver para ella.

Llenaré las cloacas de Zinc.
Y la ventana me devela una mujer desnuda.
Una mujer de piel ajena,
Una mujer húmeda bajo la lluvia.
Una lluvia que comienza ascender hacia la luna.
y las estrellas se vuelven cráneos,

Silueta de membrillo,
Araña la oscuridad de sus ojos,
de la negra noche bebo.
me bebo los días.
Atravieso terrenal la costra de su vigilia.


No hay Flores del mal en los pensamientos torcidos.
No hay Metamorfosis en el cielo
No hay cien años en esta soledad.
No hay poesía en estos versos.
No hay Anticristo en los sueños de Nietszche.

Solo besos de lesbiana,
En los labios de morfo.
En su puerta de sangre contaminada.

Que pinche contacto ruiseñor
  tuve de sus ojos.
no soy mas que un observador del tiempo.



-García Estrella.












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