domingo, 20 de abril de 2014





Si, 
he ido,
en el parto de mi poesía
he caído, 
al fin, 
no he conocido
la muerte.
esa que me espera,
que esta drenada,
en algún lugar del tiempo.
me he suicidado mil veces.
junto a la noche,
O en una canción embriagante.

Si,
he puesto mi frente en su frente.
su mano a mi mano indecente.
A mi caligrafía incierta ha leído sus ojos.
gusanos que se elevan, sobre las
Flores que se abren,
en mi boca de cemento.
Arraigo simple el aro del silencio.
Permite mis dedos vagar por tus senos.

Si,
me he bebido la noche algunas veces.
Solo y con cocodrilos curiosos.
Beber las gotas suaves del rocío,
de la mística aurora boreal.
Azabache que limpia la tarde.
Que nos señala el camino.

Si,
A ese dios al que todos idolatran
Me gustaría que me invitara un trago.
Si, que me pague la noche,
que derrame el furor de sus bolsillos
en mi cerveza clara.
Que me dedique todas las canciones de Jim Morrison.
O que ponga una Cantina en el centro.
Oh Señor, por que no me regalas una noche.
Sobre el pavimento incierto,
nos encontramos como buenos amigos.
Como viejos, con tarros,
que dan bocanadas grandes.


Dice que se desborda mi loco corazón
Prefiero el espasmo de una hora violenta.



-García Estrella








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