Hoy despertamos con el sol empujando las nubes de Sepia.
Somos la ceniza que
arrastra la mula, en las noches hablamos el lenguaje rupestre de la psicodelia.
Me hablas de migración, cuando mi alma ha migrado mi cuerpo
hace varios años.
Sobre el festín de gusanos vivimos sobrios felices.
Esta noche afrodisiaca, con el viento de la noche fluye el
vino tinto.
Decir adiós a tu piel bajo este grato baño de las estrellas.
Aún arrastro mis sentidos hacia los bajos mundos de los
lienzos de Mayra.
Y besamos la oruga para sentir el suave olor a hachís.
Nuestros caminos nunca se cruzaron solo alteramos el orden.
Como prófugo de amistades esclavizado en mi ausencia.
Podría morir mañana? Que esperen los campos del horizonte,
que espere el bajo manto de soledad.
Enciendo un cigarro y me desprendo de tu cuerpo para
deslizar tu alma debajo de la almohada.
Profetizar la vida, ermitar la vida, nuestras fauces han
comido el pan de la sabiduría externa.
¿Cómo podríamos vislumbrar tu camino? Si tu cerebro no tiene
más que para dos canciones de Mercedes Sosa.
Cielo para limpiar el alma!
Nubes de Sepia para emigrar a otro lado.
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