Deseo estar en la misma acera, por donde caminas.
Encontrar una sola razón de dirigirte y examinar tu conciencia.
El mismo juez nos condena a dos mundos, como la antropología misma.
Con tu sutileza fragante y la rivalidad de personalidades.
Deseo recorrer los hilos de tu tristeza para consolar tu frágil firmeza y hacer de tu mundo,
Una villa de inocencia.
En el Lenguaje abstracto, donde el amor es un Amigo distante como el norte.
Y muestras el placer de tirarte al olvido y ser solo un recuerdo de esta ciudad.
Extrañándote día con día, y mi corazón Hoy esta sobrio de ti.
Deseo el mar, una brisa como tu caricia como tu mejilla, como un grano de arena que encuentra mi rostro.
Y las lágrimas son solo pasajeras, como una jauría de cuervos.
Deseo encontrarte en cada rincón de cada parque tibio y oscuro.
Y tu recuerdo se encamina hasta tus diálogos de puritana.
Aun cuando la distancia sea inaudita la esencia de tus enojos viven en este cuarto.
Donde te abrace y hablaste de cosas simples de la vida
Hay cantos que aclaman tu llegada entre cada simpleza de cada momento.
Y me niego a que te conviertas en memoria, y me niego a tu ciclo concluido.
Eres más fuerte en esta frágil noche, donde tus ojos son como una sola estrella.
Como una sola armonía.
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