Bebí una botella de Beaujolais, para bajar al pozo
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad.
Excusarás este balance histérico, queja de morfina.
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada media luna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo.
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas.
No pregunto por las glorias, ni las nieves,
quiero saber dónde se van juntando
las golondrinas muertas
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad.
Excusarás este balance histérico, queja de morfina.
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada media luna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo.
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas.
No pregunto por las glorias, ni las nieves,
quiero saber dónde se van juntando
las golondrinas muertas
-García Estrella
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